Montevideo (Uruguay), 2016 |
Como en las Crónicas de Narnia, abres el armario: el frío y el invierno.
Lágrimas por un empleo, cárceles de sueños.
No puedo llegar a estar agusto, me obligan a sentir,
por lo que se supone que es justo, para un hombre que es concreto en las ambigüedades de su deseo,
Y que hacer?, aunque sea un saber que la culpa es de los necios, que ese dogma está ya en el código genético. Tendremos que gritar
y decir que es el tiempo lo único que está en los huesos.
porque mi mente dicta otra cosa, y no es precisamente el someterme a un ganador que no acepta la derrota.
Deberán aprenderlo, con fuerza y fuego Como siempre han quemado nuestros,
igual que suyos, desenfrenos.
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