dilluns, 13 de setembre del 2021

El no poema de la batalla del temps


He decidit reconciliar amb l'adolescent,

aquella que de vegades renego,

tampoc des del penediment.


Deixar la por, agafar la ràbia

en aquesta batalla pel temps;

el capital ens l’ha guanyada.


El temps el guanyem,

en les petites escletxes dels somriures

d’algun raig de sol, enmig de l’hivern

d’aquells que ens estimen, d’aquells que ens fan bé.


El temps és el que ens roben,

entre feines precàries o aturs indefinits.

Encongint el nous mons que portem als nostres cors,

ens roben la casa i ens roben el sòl.


Llàgrimes dels que estimes, 

no s’aturen els plors:

als pobres ens maten,

de nostàlgia i tristor.


Se’n van els nostres:

de llargues guàrdies, per dir vida i no mort,

a la llarga soledat en una freda habitació.

Dols imposats,

pels gestors de la mort.


En terres infèrtils, 

un desert immens de silenci.

Crits ofegats per la batalla del temps:

el temps que no tenim, el temps de l’incendi.


Submergits en la quotidianitat pandèmica,

salvats pel desig espontani de quelcom prohibit.

La impulsivitat domesticada,

el foc, en un instant, passa al temps de l’oblit.


L’era de la postveritat, ha cedit tant,

que s’ha trencat.

Com feres ferotges cansats de parlar, 

volem fets: el nostre temps, la nostra sang.


Volem reviure els somnis, 

sentir-nos part d’alguna cosa real.

Que el temps (s’)ens retorni,

“allò sòlid, que l’aire va esvair.”


Volem tombar el monstre;

capgirem els rellotges. 





dissabte, 21 de març del 2020

La batalla cíclica del desaliento

Papel en blanco, tanto tiempo
Son las alimañas, que siempre acaban volviendo.
Algo parecido decían: los traumas, los polvos, los muertos.
Como relámpagos, ágiles y con destellos
Se aprecian las dudas, que nunca se fueron. 


Siempre aplazando el duelo con sí,
mirando hacia fuera,
los de fuera con sí.
Se abre la puerta a desequilibrar la balanza.
No vayas a mirar el ego,
que la autoestima siempre pide venganza.


Humildes interpretaciones del mundo
traducción por caricias, 
apagando los ruidos. 
Siempre ajenos eso sí, 
                            alquilando agencias.
De repente, todo cae, empieza el duelo.


Una batalla. Una batalla contra los demonios,
que alguna vez un monstruo nos instaló dentro.
Rabia, pena y dolor: incomprensión. 
Alimentando el temor del abandono recurrente,
por quien se siente dios: cualquier hombre.


Latigazos, flechas:
como un sueño antes de que me venga la regla.
Suave momento de reencuentro,
mirar para adentro.
Lástima que sea escupiendo(me) fuego.


Volveré a limpiar, sacar el polvo.
Ordenar las ideas y acabar con todo.
Aparta de mí: esto ya lo aprendí.

Sólo es un mal momento.


dimarts, 27 de febrer del 2018

Queriéndo-me.

Es invierno de nuevo,
deseando volver a acariciar el fuego.
Pero me siento distinta,
esta vez.

Como bloques de hielo,
se mueven en mi adentro,
un cúmulo de experiencias,
capaces de transformar los egos.

Es inevitable tambalearse
por el desconcierto,
el beneficio de la duda,
no siempre está dispuesto.

Me pregunto una y otra vez,
¿qué es hacerlo bien?
Cómo destruir,
lo falsamente eterno.

La comprensión de los finales,
y la magia de los reencuentros.
Modificando, inevitablemente,
los posicionamientos.

Nos volveremos a equivocar,
una, y mil veces más,
siempre que se intente comprender la sutileza,
del otro, está latente.

Quiero permear en tu cotidianidad,
no ser juzgada por amarlo todo a la vez,
me siento niña otra vez.
Muestro cierta timidez.

Estoy re-descubriéndome,
tocándome,
del alma hasta la sien,
siéndome fiel.

Queriéndome.

No debería doler quererse,
evidencia para el debate.
Es necesario romper cadenas,
y doloroso también, no abandonar nunca esta metáfora.

Con un pensamiento que delata,
en fragmentos de rutina envenenada,
la mezquindad de sentires incompletos,
siempre esperando la luz del alba.

Queriéndome,
aprendiendo a decir basta,
Queriéndome,
acabaré las líneas con principios.

Fotografía: Jose Pellicer 


divendres, 9 de febrer del 2018

Fent.

La cara amagada, Sota el secret aixoplugada. Sóc a l'altra banda. I no porto equipatge, Només visc amb ferotges paraules. Tremolant, Les forces s'esgoten. En silenci, ningú ho sap. Doncs jo només puc recordar. Una altra vegada fent memòria, Ja ho preveia, Que quedaria al record, Com l'estiu que mai ningú s'atreveix a viure. Està plovent, i el soroll em mira. Es a dins el llit, com una presència sòlida. Sò-li-da. Intensa, com un bon cafè, Nata i mel, whiski amb gel. No. No oblidarem. La màgia dels moments sempre hi serà, Present. Moments d'on surten llàgrimes, somriures, Veritats, I paper mullat. Present quotidià, de lluita, present honest. Sempre hi serem, resistint, guanyarem.

Valparaíso (Xile)

Presagios que nunca dijimos.


Tejiendo con los hilos de la desilusión, Una canción con los párpados cerrados. Pensando que ya se nos apagó el son, Y todos los ritmos ya fueron cantados. Para haber visto siempre en la esencia movimiento, Pocas veces trazamos lineas nuevas, brechas. Siempre en linea recta, No vaya a ser que se rompa el mito, Leyenda cristalizada en el pensamiento, que siempre me repito. Entonces, tirito. Tirito con el frio corazón, de las hipocresias más cálidas. Con las láminas de desconfianza, Ante la sofisticada azaña, Con la que juegan mis paalabras, que otra vez me engañan. Tirito, dame un tirito. De un cigarro que haga que me prenda de emoción. Sofisticación, De un trabalenguas que te haga suspirar, Pero que no te enseñe nada, Que yo no decida mostrar. La sensación, ya entró en calor, No por el ejecicio del ego cantautor. Los reflejos en mi retina, Síntoma de conexión, sinergias, temblor. Necesitaba ponerle nombre, Darle sílaba y entonación, Es decir esa canción, Que se nutre de como sentimos tu y yo. La paradoja del momento de explosión, Premeditada la actividad, La desilusión se revierte en su forma y color. Los párpados, entonces, se abren. Y la dulce melodía de otro pequeño momento, Se va a la memoria, hasta volverlo a necesitar. Tirar del hilo, y volver a tejer.


Enredo.

Pienso en otro verso, Mientras me desnudo; Lento. Ya me cuesta plasmar, compaginar, Lo cotidiano y lo poético. Alguien se encargó de romper la humildad, Que es necesidad, para atrapar momentos; En el tiempo. Bailar con la angustia, de no saber a quien envidias. El problema de la corporeidad, Primacía visual, sensorial. Tiempos modernos. No saber a quien envidias, Si a quién ansia libertad: Octogenario que no se puede desplazar, Por largas ramblas, ni extensos paraderos, Recuerdos intensos que ya no puede alcanzar. Ni el último párrafo ya puede recorrer, Senil victoria del cerebro desgastado, Pero siente el segundo, el momento desaprovechado. Desaprovechado, Un beso en la efervescencia, Del jóven maníaco desatado, El que sentimos que se apaga, A golpes de rutina y latigazos. Latigazos, que en la piel chocan, Como susurros de una voz comprometida, Que te promete, como ahora quieres, Que por mucho que enloquezcas todo te pertenece. Dulces falacias, dulces caricias, De los versos que se me ocurren, Cuando me desnudas; Lento. Y el ritmo del latido se acelera, Cuando sabes que el aliento de la vida se atraviesa, Como un clavo en la madera, Con unos sueños translúcidos, Que dejan escapar la pureza. Pues nada queda intacto, Ni la más dura corteza, Si te atreves a poner a prueba los dilemas, Que se aparecen cuando la realidad te quiebra. Pero que es esto si no un simple poema, De rimas ni siquiera densas, Como el humo de un cigarro que ni si quiera quemas, Porque son otras fuerzas las que lo consumen. Enajenación y agenciación en un mismo verso, Contradicción es nuestro paradero. Desaprender pero ¿cómo?, La dualidad que es inherente casi a nuestro rostro. Ya tengo frío; estoy desnuda. Tu ya te has ido. Rápido. No tengas miedo, Vuelve a pensarlo; Lento.

[Marzo.17]

Barri de Gràcia (Barcelona)

diumenge, 15 d’octubre del 2017

Retumba

Agradezco todo lo que tengo, A todas esas almas Que quizá no les faltó un verso, Pero sí un beso. No de esos que se compran por sucesos, De los que pertocan, los que no son incienso, Que queman y se esfuman Con el aire del desierto.
El aire de las ruinas
de la ciudad perdida, No sólo donde habito, Sino el mito de un amor que sólo se cree aquel que tuvo. Raciones de razón desde el amor, De un cascarón de una familia que algunos por azar, sólo les quedó que imaginarla.
Alguien ya dijo alguna vez: No se extraña nunca tanto, Como lo que no se ha tenido. Esto suena en mis entrañas, Con ritmos que sólo crecen, En los ebrios rincones de mi mente. Pero tu que sólo, y tanto!, lees, Ayúdame a surcar las aguas, en las que tanto crees. Sabeis rimar, cantar, mirar, Yo sólo se sentir. Pero el saber que: transmitir, Sólo es fugaz instante pero me hace vivir. Desde posición privilegiada, Según quiera inclinar la balanza, Te pido a ti, por veces, sentir por mi. Yo por aquellos, que quizá no pueda ni intuir.
Me esfuerzo por sentir, o es el devenir De tantos entes que sufriendo, dejan el mundo aquí. Mientras yo escribo unas letras, Con las que no niego el haber. Ni el sufrir. Pero cuanto llanto roto, que a veces nos hace revivir. Por honor, por rencor, Que a instantes se marchita por simplemente vida, Por sentir, por latir, Por el odio y la mentira. Por la conciencia del saber, Que se transforma en melancolía: "La alegría de estar triste", O algo así se dijo un día de nubes grises. Tras la descarga, llegó la calma, El pueblo nunca dice cosas falsas del alma, Ésta ya apareció otra vez, Será que me retumba entre las sábanas.